Una mujer. Muchas vidas.





Ayúdame a tratarte como te mereces, le dice él, mientras ella se consuela la mejilla enrojecida por el golpe y baja la mirada.


Un niño escucha los gritos detrás de la puerta con la llave de la cerradura puesta. Ha jurado a su abuela nunca salir de su habitación cuando su madre está ocupada. Una carga de vergüenza lo invade, no sabe bien por qué. Quizás sea el pavor que siente cuando oye pasos cercanos y se paraliza, o es la pena de no tener el coraje para salir a defender a su madre, o de ser tan niño, tan chiquito, y sentirse aún más pequeño detrás de esa puerta, escondido bajo la cama.


Un hombre se tambalea, da tumbos, se golpea contra las paredes, se tropieza. La llave en la mano que intenta insertar sin éxito en la chapa de la puerta de la casa blanca de tejas rojas. Se cansa, sopla, resopla, mienta la madre a la puerta, la patea, grita ¡Puta puerta! Rebusca entre las llaves del llavero. Intenta con otra, nada. Se desespera. ¡Ábreme pendeja!, grita. Patea la puerta con más fuerza. La luz del segundo piso se enciende, alguien se asoma, el hombre voltea hacia la habitación recién encendida, ¡Ábreme! grita. Un minuto, dos, tres. Él golpea la puerta con los puños, deja caer su peso vencido por el alcohol sobre la puerta. La luz del primer piso se enciende. La puerta se abre, el hombre cae al suelo y queda atravesado en la entrada de la casa. Mitad del cuerpo adentro, mitad en la escalera. El hombre se levanta, la ira en la cara. ¡Pendeja, no te fijas, estúpida de mierda! Acto seguido, toma a la mujer del cuello, la golpea contra el marco de la puerta y la avienta hacia afuera, pegando en el cemento. Cierra la puerta de un golpe seco, se escucha el cerrojo. La mujer en camisón y la frente ensangrentada llora en las escaleras. Se apaga la luz interior.


Una mujer toma del pelo a otra, jalándolo hasta tumbarla en el suelo. Se le monta a horcajadas. Le toma con fuerza la mandíbula con la mano derecha, acerca su rostro tenso a la de la mujer en el suelo, y con ojos de furia y el dedo índice apuntando amenazador, le dice: “ese hombre es mío pendeja, entiendes. Deja de estar de puta. Es mío”. Pinche gorda, le contesta la mujer desde el suelo. Es a mí a quien quiere.


Una mujer plancha en medio de la sala frente al televisor. El termómetro en la parada de autobuses marca 46 grados. Una niña corre por la casa, jugando. Hace piruetas imitando a las bailarinas de ballet. ¡Te vas a caer! grita la madre. Un bebé rompe en llanto. La mujer intenta guardar la calma y concentrarse en la plancha y en la novela. Gotas de sudor escurren por su frente acalorada. Comerciales, la niña tropieza, un jarrón se tambalea, la plancha choca accidentalmente la mano, el cuerpo salta alerta, la serenidad se rompe, se enciende la impaciencia. La madre grita de nuevo, alza el brazo plancha en mano. La niña corre calle abajo mientras piensa con angustia en su hermanito en la cuna.


Una adolescente en ropa de ballet con las zapatillas puestas termina de recoger su cabello frente al espejo. Su madre se acerca por atrás. Una mirada de desaprobación se cruza con la de la joven bailarina a través del mismo espejo. Has engordado, le dice. Los ojos jóvenes caen como pesados telones. La mirada se concentra en sus zapatillas mientras la expectativa del futuro se le hace agua, igualito que sus ojos. Nadie quiere a las gordas, recalca la madre con marcado tono de asco.


Una niña y un niño juegan cerca de una fuente. Corren alrededor, se persiguen. La niña mete la mano a la fuente y salpica la cara del niño. El niño suelta unas risas sonoras. La niña también ríe con fuerza, le brinca el estómago con cada carcajada. Los niños se observan reír hipnotizados con la alegría del compañero, y se contagian cada vez de más risa. Risotadas limpias, burbujeantes como fuentes. Los ojos chispean alegres. Más risas. Se tocan la panza que les brinca, se tiran al suelo y se abrazan.


Dos mujeres desde una banca no quitan el ojo de sus hijos. Observan como juegan alrededor de la fuente, corren, libres, felices, despreocupados. No alcanzan a ver la alegría en los ojos de sus respectivos retoños, pero escuchan sus risas que van en aumento. Música para sus oídos. El corazón se les emociona de alegría de ver a sus hijos felices. Ambas mujeres miran al frente, con sus caras iluminadas. Una de las mujeres palmea contenta la pierna de la mujer que carga un bebé a su lado, la otra mujer se enternece con el gesto, ambas se miran, se dicen gracias con los puros ojos, y una sonrisa amplia.


Dos mujeres hacen señas con las manos a los infantes que corren cerca de la fuente. Las mujeres se despiden. Toman caminos opuestos. La mujer que se dirige a la callecita empedrada de la derecha saca una botellita de agua de su bolso y se la acerca a su hijo. El niño bebe. La madre de cuclillas a la altura del rostro le besa la mejilla sudada, y le susurra algo al oído. El niño sonríe y besa a su madre con la boquita mojada. La madre abre una sombrilla que trae en la mano, y la utiliza de refugio temporal al inclemente sol. Cuarenta y seis grados de temperatura marca el termómetro de la parada de autobús. Falta poco para llegar a casa.


Un hombre llega sonriente a la casa blanca de tejado rojo donde un hombre vestido de shorts y chanclas riega el jardín de la entrada. Se intercambian unas palabras. A corta distancia visualizan a la mujer y al niño bajo el paraguas. El recién llegado saluda levantando la mano desde la escalera de la entrada. El niño corre los últimos pasos hasta los brazos de su padre. Venimos del parque, le dice alegre. Estuve con mis hermanos. La mujer besa al hombre vestido de shorts y saluda al padre que feliz sonríe al recoger a su hijo. Diviértanse, les dice, en modo de despedida.


Una joven se mira en el espejo inflando los cachetes. ¿Estoy muy gorda mamá?, pregunta. Estás preciosa, le contesta la mujer mientras le entrega unas zapatillas de punta recién compradas. ¡Felicidades! Eres una gran bailarina, le dice. Eres todo lo que sueñas, lo que deseas y lo que te propongas. Mírate siempre al espejo orgullosa de cada logro. Ambas sonríen, y se abrazan.






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