La muerta
El ruido de una bala le reventó directo en el corazón. ¿O había sido un cohete?
Un ruido de tambor fúnebre resuena en su interior.
Se tira al suelo, muerta.
Los ojos cerrados, los músculos tensos, la boca seca, el tambor adentro, invadida por el miedo.
¿Qué era, qué había sido? No pienses, se repite.
En un casi silencio absoluto, el aire silba, ¿o era ella?
Aguza el oído en busca de respuestas.
Un ruido de tambor hondo resuena en su interior, hasta apagarse. ¿Quién era?
El silencio desnuda, intimida.
Con miedo abrió los ojos, y ahí, frente a ella, una muerta que a veces vivía sin respirar, y otras, se hacía la muerte entre respiros.
Un ruido de un tambor resuena en su interior, y muere pausado, sin goce, sin prisa.