Un olor a vainilla, madera y sándalo se desprende de mis poros en una invitación a tomarme con todos los sentidos. Mis manos se deleitan de la tersa piel y de la sed de caricias que se desprenden al roce de los dedos. Paz y excitación al mismo tiempo. El aroma a azafrán invade el ambiente, producto de los hervores de mi intima cocina. Mi propia efervescencia va en aumento mezclándose en un perfume de deseo, placer y sexo. Me recorro lento los senos y las puntas se endurecen, mordisqueables. Teteros de fantasía que alimentan las ganas. Mis manos descienden por entre mi vientre y mis piernas se abren al calor, emanando bálsamos perfumados. Suave el cuerpo e intensas las ganas. El agua burbujea, mis deseos arden. Gozo tocándome, sin más ambiciones que las del placer de re-descubrirme hermosa. Entre mis dedos baila mi lengua. Mezclo sabores que deposito entre mis piernas. Gemidos cocinándose desde las entrañas a fuego lento. Me veo como una fuente en medio de la mesa de un
Manjares y otros placeres