Ir al contenido principal

Pura carne


La noche está hecha para nosotros
Noches donde sólo la luna ilumina y todo lo demás se desvanece.
Nuestros cuerpos sin sombra se deleitan en el trémulo placer de la carne pura, viva, palpitante.
Deseos que no se dominan y se plasman entre rasguños de uñas y dientes.
Desesperación por el ardor de uno mismo, urgencia de tocar fondo, de sentir en lo más hondo, el calor por explotar en el otro.
Dejamos las almas guardadas junto al deseo de morir de amor y cerramos los ojos. No somos más que sexo.
Con las manos abiertas, manoseamos palmo a palmo nuestros cuerpos sin alma, llenos de quejidos. Sin intención de satisfacer al otro. Buscando nuestro propio placer a partir del cuerpo que se enreda en nuestras piernas. Lobos hambrientos de noches de luna llena. Feroces, indefensos solitarios.
Nos clavamos besos desesperados. Abriendo mucho la boca, queriéndonos tragar completos. Nos romperíamos la quijada si pudiéramos así meternos dentro del otro.
Pobre necesidad de desaparecer y acurrucarnos en entrañas ajenas.

Nos hundimos los dedos, nos hurgamos enteros. Gritamos y nos esforzamos por no desfallecer, necesitamos seguir luchando., aunque aún no entendamos la guerra.
Me clavas con fuerza. Me acaricia la tentación de dejarme poseer, de desaparecer, de ya no pertenecerme.
Qué más puedo ya perder, si no me tengo.

Comentarios

  1. Excelente !!! Ojalá me sigas compartiendo lo que escribes ...

    ResponderEliminar
  2. Sugerente bien, muy bien

    ResponderEliminar
  3. "Pobre necesidad de desaparecer y acurrucarnos en entrañas ajenas." Lo poético no es un todo sino un poco a poco en todo, nada le cambio porque su esencia siempre termina donde la comienza y viceversa, un abrazo enorme y un beso candente mi querida Paisanita.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario