Seré un día tu
musa y otro día, un cuadro de tu exposición. Deseando de vez en diario ser
escultura, esculpida y disfrutada por tus manos.
Por las tardes, cuando esté nublado, pintura al oleo, dibujada por tu pincel.
Y en los días de sol y lluvia, un arcoíris bajo tu piel.
Acaríciame con
cada uno de los sentidos o solo admírame.
Soy tuya aunque
no sea tu obra.
Soy tu obra
aunque sea del mundo.
Más que musa, mas que inspiración eres el detalle que se esconde en el arte y sólo a través de tus instintos, emociones, se trasluce la erótica verdad de la mitad que pertenece al ser que jamás estará completo sin ti.
ResponderEliminarComentarios de azúcar, que endulzan mi corazón
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