Mi boca no
quiere pronunciar tu nombre, solo te sabe desear.
Me guardo el eco
de tus canciones, para cuando te quiera besar.
Mis manos te acarician en el silencio de la noche,
aunque tú no duermas aquí.
Mi sueño
inventado.
Mi paraiso particular.
Mi paraiso particular.
Mi cuerpo ansía
el color de tus besos, la caricia de tus
versos, tus ímpetus de frenesí.
Millones de
estrellas son testigo del tiempo que paso buscándote entre ellas. Pidiéndote en
deseos.
Maravillas de la
fantasía, que me mantienen viva de día y me calientan de noche.
Mágica
imaginación la mía, que te trae deseoso de mis pupilas y ávido de mis pasiones.
Solo por ti sigo aquí, imán de mujer.
ResponderEliminarAgradezco tan grande halago
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